Las emisiones de CO2 de origen humano son mucho menores que las emisiones naturales. El consumo de vegetación por animales y microbios supone unas 220 gigatoneladas de CO2 al año. La respiración de la vegetación emite unas 220 gigatoneladas. El océano libera unas 332 gigatoneladas. En comparación, cuando combinas el efecto de la quema de combustibles fósiles y los cambios en el uso del suelo, las emisiones humanas de CO2 son tan sólo de unas 29 gigatoneladas al año. Sin embargo, las emisiones naturales de CO2 (del océano y la vegetación) se compensan con los sumideros naturales (de nuevo por los océanos y la vegetación). Las plantas terrestres absorben unas 450 gigatoneladas de CO2 al año y el océano absobre unas 338 gigatoneladas. Esto mantiene los niveles atmosféricos de CO2 en un equilibro aproximado. Las emisiones humanas de CO2 alteran ese equilibrio natural.
Figura 1: Ciclo global del carbono. Los números representan el flujo de dióxido de carbono en gigatoneladas (Fuente: Figura 7.3, IPCC IE4).
En torno al 40% de las emisiones humanas de CO2 están siendo absorbidas, fundamentalmente por la vegetación y los océanos. Eo el resto permanece en la atmósfera. Como consecuencia de ello, el CO2 atmosférico está en su nivel más alto en los últimos 15 a 20 millones de años (Tripati 2009). Un cambio natural de 100 ppm normalmente requiere entre 5.000 y 20.000 años. El reciente aumento de 100 ppm ha tenido lugar en tan sólo 120 años.
Una confirmación adicional de que el aumento de los niveles de CO2 se debe a la actividad humana procede del estudio del ratio de los isótopos del carbono (átomos de carbono con distinto número de neutrones) que se encuentran en la atmósfera. El carbono-12 tiene 6 neutrones, el carbono-13 tiene 7 neutrones. Las plantas tienen un ratio C13/C12 menor que la atmósfera. Si el aumento de CO2 atmosférico procediera de los combustibles fósiles, el ratio C13/C12 debería estar disminuyendo. En efecto, eso es lo que está ocurriendo (Ghosh 2003). El ratio C13/C12 guarda correlación con la tendencia en emisiones globales.
Figura 2: Emisiones globales anuales de CO2 procedentes de la quema de combustibles fósiles y de la producción de cemento en GtC año–1 (negro), media anual del ratio 13C/12C medido en el CO2 atmosférico en Mauna Loa desde 1981 a 2002 (rojo). Imagen cortesía del Capítulo 2 del informe del IPCC IE4.
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